Saturno nos confrontará con la pregunta sobre el poder que aceptamos o rechazamos en nuestra existencia. Capricornio representa simbólicamente el liderazgo conquistado con la experiencia y la capacidad de recoger las lecciones de esencialidad, es decir, sustrayendo, reduciendo, quitando personas, cosas, etc.

Saturno hará emerger las situaciones en las que nos hemos puesto en el papel de la víctima, es decir, del que declina el poder asignándolo al exterior y a los demás. Somos víctimas cuando asignamos a otros la capacidad de decidir sobre nuestra existencia haciéndoles responsables de lo que nos sucede. Somos víctimas cuando vivimos como si la existencia fuera una partida de ajedrez con un jugador astuto y sádico al que llamamos “destino”.

La manera moderna de llamarlo es karma. Y lo llamamos en Kabbalah: Tikkun. El Tikkun no es un despiadado torturador que se burla de ti. Somos nosotros y nuestras decisiones! Y se corrige el Tikkun cuando comprendemos nuestra misión en el fabuloso juego que llamamos vida, con responsabilidad. 

¿A quién amamos? 

¿A quién odiamos? 

¿De qué tenemos miedo? 

¿De qué sufre y se enferma nuestro cuerpo? 

¿Quién nos traiciona? 

¿Abandona o humilla? 

¿Quién nos conforta? 

¿Quién nos escucha? 

¿Quién entra y quién sale? 

¿Cuánto dinero tenemos? 

¿Cuánto perdemos? 

¿Cuánto queremos tener? 

¿Quiénes queremos ser y no somos?

¿Quiénes somos, pero no tenemos el valor de declararlo? 

¿De qué nos conformamos? 

¿De qué nos enfadamos? 

¿Qué nos limita?

Todo está en el perímetro de nuestra responsabilidad. Porque todo pasa por lo que pensamos y por las imágenes mentales que decidimos llenar con algo llamado emoción. Que es el lenguaje de elección del Alma. 

Saturno nos hará de guardián de las barreras. En la mitología su objetivo siempre ha sido crear un reino. En nuestra vida real, ¿seremos capaces de crear el nuestro? o ¿Seremos parte del reino de otros?

¡Que la Luz les apoye en todas tus decisiones!

¡Mucha luz! 🙌🏻

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